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viernes, 10 de mayo de 2013

"Next" de Barry Purves (1989)

Directed, written and animated by Barry Purves
Produced by Sara Mullock
Voice Roger Rees
Music Stuart Gordon




Corto realmente increíble y fascinante, que narra como un exigente Shakespeare (del cual he leído todas sus obras dramáticas como “Otelo”, o “Hamlet” pero del que recomiendo encarecidamente leer su poesía porque es ahí donde está el verdadero Shakespeare), busca al protagonista de su próxima obra de teatro en un casting peculiar realizado en un teatro al más puro estilo del siglo XVI. 





El problema es que no está satisfecho con ninguna de las personas que aspiran a ello: las despide con esa maldita palabra para un actor que es “¡Siguiente!”). Uno tras otro pasan frente a él hasta que, de repente, aparece un hombre que realiza una magnífica puesta en escena con la ayuda de un muñeco de trapo y utilizando elementos de algunas de las obras de Shakespeare como Otelo, la historia del pañuelo perdido de Desdémona, o Romeo y Julieta. Todo parece indicar que va a ser elegido, hasta que sucede algo que...
Bueno, mejor no sigo, véanlo ustedes mismos, no quiero ser como los malos críticos de ahora y fastidiarles el final.





¿Cómo era Shakespeare? En la foto siguiente tenía 46 años, se trata del único retrato realizado en vida del prolífico autor, el resto de imágenes conocidas del autor son simples copias de esta. Fue pintado en 1916, del artista nada se sabe, aunque el conservador de la Colección Cobbe, Mark Broch, explicó en su momento que es posible "que el pintor pusiera su nombre en el marco, pero éste ha desaparecido".

El retrato muestra un Shakespeare con perilla, sin pendiente en la oreja izquierda (adorno que sí aparece en otros retratos), y con una larga nariz, todo ello en un fondo azul sobre el que están inscritas en la parte superior las palabras 'Principum amicitias'.


El hecho de que esta imagen se hiciera en vida de Shakespeare, como parecen demostrar los exámenes realizados, hace que sea "más cercana a la realidad" que la del grabado Droeshout, publicado en 1623 y que hasta ahora había sido la que tradicionalmente se ha trasladado del autor, según han explicado los expertos.


¿Cruel, villano? Esa diabólica risa que le sale al final del corto, es una muestra de que no era un santo varón precisamente, pero eso ¿qué nos importa? Shakespeare es un pensador universal que comparte en sus obras las más elementales preocupaciones de la humanidad y busca resolverlas poéticamente.

En sus obras de teatro histórico, se puede apreciar la admirable capacidad de este genio para lograr la transubstanciación, adentrándose y poseyendo el alma de sus personajes, abandonando la propia ánima y trasladándose al tiempo, al lugar y al sentimiento de sus héroes y monstruos, tanto masculinos como femeninos. Él es Ricardo III, Othello, Lady Macbeth, y Bolingbroke. Él mismo es todos ellos y sus contrarios, él es Othello y Yago, es Romeo y es también Julieta, es el Príncipe de Dinamarca y es la muerte que acecha al doblar la esquina.



El retrato de William Shakespeare. | Foto: AP


El corto contiene referencias al teatro isabelino (el teatro que más identifica a Shakespeare), elementos fantásticos, y una técnica la del stop-motion totalmente fabulosa y digna de admirar (usando muñecos, y no plastilina, como era habitual en Aardman). Es decir,  una gozada para los sentidos y un gran trabajo de Barry Purves, que recibió múltiples premios por esta película. 



El teatro isabelino (1558-1625) es una denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra (reina desde 1558 hasta-1603), y se asocia tradicionalmente a la William Shakespeare (1564-1616), enorme figura de la dramaturgia de los siglos XVI y XVII.


En realidad, los estudiosos extienden generalmente la era isabelina hasta el reinado de Jacobo I († 1625), hablándose entonces de "teatro jacobino". Algunos incluso la extienden más allá, incluyendo el reinado de su sucesor, Carlos I y hasta la clausura de los teatros londinenses en el año 1642 a causa de la llegada de la Guerra civil ("teatro carolino"). El hecho de que se prolongue más allá del reinado de Isabel I hace que el drama escrito entre la Reforma anglicana y la clausura de los teatros en 1642 se denomine teatro renacentista inglés.

Shakespeare le dedica a Jacobo I algunas de sus obras principales, escritas para celebrar el ascenso al trono del soberano, como por ejemplo: Otelo(1604), El rey Lear (1605), Macbeth (1606, homenaje a la dinastía Estuardo), y La tempestad (1611, que incluye, entre otros, una "mascarada", interludio musical en honor del rey que asistió a la primera representación.)

El período isabelino no coincide cronológicamente en su totalidad con el Renacimiento europeo y menos aún con el italiano, mostrando un fuerte acento manierista y barroco en sus elaboraciones más tardías.




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