EL PECADO(1913). JULIO ROMERO DE TORRES
Continúas callada en tu lecho de cama.
Desnuda ante palabras que visten mentiras
y desatan graves críticas infectadas,
infectadas de envidias y de falsos tabúes,
que dejan en mi pasividad
y contagios de tu calma.
Yo, contigo en mis manos, te miro
reflejada en el agua cristalina y clara.
No será mi boca sucia de malas lenguas,
la que te hará cantar victoria.
Sólo quiero que te veas reflejada
y te sientas libre de hacer de ti y de mi
lo que tu mismo espíritu quiera,
lo que tu mismo espíritu aclama:
perdón lejos del insulto y de la rabia.