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miércoles, 28 de diciembre de 2016

BULLYING
 
 
Hoy, tras cinco años, al fin me atrevo a publicar esto y a denunciar aquello que hizo de mi etapa de instituto un infierno.

Ahora, que el bullying escolar está a la orden del día, que las televisiones y periódicos denuncian el acoso, que los institutos y colegios toman medidas para parar el maltrato escolar. Ahora que se conciencia a los propios alumnos y padres, y que se penan las agresiones físicas y verbales entre menores. ¿Ahora? ¿Por qué ahora y no desde siempre?

Yo, Laura Galán Palomares, terminé mis estudios en el IES Cauca Romana, de Coca (Segovia), en junio de 2012; durante todos mis años de instituto sufrí acoso, en principio perpetrado por tres cabecillas, pero secundado por la mayor parte de mis “compañeros” de aula e incluso por parte de otros alumnos del instituto. Sufría insultos diarios, menosprecio, los profesores no podían decir mi nota en alto como al resto de la clase, ni felicitarme por un trabajo bien hecho… No era feliz, no tenía amigos ni podía contar mis problemas a nadie.
Un día, creo que estando en cuarto de la ESO, no pude más e intenté tomar medidas; informé a mis padres de mi situación, los cuales siempre me apoyaron y ellos decidieron informar al instituto. ¿Qué hizo el instituto? ¿Nada? No, peor, el instituto dio la razón a los agresores, prefirieron tener a los padres de tres alumnos contentos que apoyar al agredido. Nos reunieron con la psicóloga/pedagoga de turno, cada uno contó su versión y prefirieron cerrar el asunto como “cosas de críos”.
Yo, seguí sufriendo bullying durante los siguientes dos cursos… El estrés, el agobio, el “no saber qué hacer” para evitar constantes insultos, solo acabó una vez me pude ir a cursar mis estudios superiores.


Ahora, ya graduada y cursando un master, me he decidido a hacer esta historia pública, estoy harta de sentirme avergonzada y ocultar estos hechos como el instituto quiso hacer en su momento. ¿Por qué yo como agredida tenía que sentirme avergonzada? ¡Qué hipocresía! Adultos, que supuestamente velan por tu educación, que emitan una parte tan importante como lo es la educación social.

Espero, que este texto, aparte de servir como denuncia pública a unos hechos que aún me parecen injustos hoy en día, sirva para todos aquellos niños, adolescentes, padres y profesores que están encarando una situación similar, para que no se repitan situaciones de este tipo y que los agredidos puedan cursar sus estudios como deben y se merecen.

Por favor, compartid para que mi historia llegue a los ojos de todos.
Laura Galán Palomares se sentía fuerte.
 

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